El cráter de Darvaza alumbra las noches del desierto de
Karakim en Turkmenistan. Este enorme
agujero de 60 metros de diámetro y 20 de profundidad apareció en 1971 durante
unas obras de prospección de gas de geólogos soviéticos, quienes vieron como su
equipo y sus tiendas eran tragadas por la tierra. En realidad habían descubierto una cueva
subterránea llena de gas natural, como comprobaron luego de prenderle
fuego. Desde entonces arde sin pausas, y
brinda este sobrecogedor espectáculo.
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