No hay ninguna buena razón para seguir posponiendo la búsqueda de aquellas cosas que más sinceramente deseas. El verdadero deseo es posible sólo cuando los medios para alcanzarlo están a tu alcance. ¿Como podrías desear algo verdaderamente a menos que, en algún lugar, supieses con certeza que es factible para ti? Y, sabiéndolo, cómo podrías ignorar tan apremiante certeza? Tus mayores y mejores deseos forman parte de las más preciosas ofrendas que tienes para dar al mundo. Siguiendo esos verdaderos deseos, contribuyes con la vida de una manera que sólo tú puedes. Comprender y perseguir tus más preciados deseos no es, de ninguna manera, egoísta. De hecho, lo que sería egoísta sería ignorar esos deseos y privar al mundo de lo mejor que tienes para dar.Comienza hoy mismo a caminar hacia lo mejor de tus deseos, y en el proceso vivirás plenamente lo mejor de tus posibilidades.
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