En el siglo XV entra en crisis el sistema de valores medieval y poco a poco se van imponiendo otros más apegados a lo terreno que anuncian las formas de vida y la mentalidad propias del Renacimiento. Por ello, a esta época de transición se la denomina Prerrenacimiento.
El siglo XV se define por su carácter de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna de cambios profundos en la que perduran elementos medievales y nacen otros que anuncian lo moderno o renacentista. La conciencia de crisis provoca un sentimiento de inseguridad y de pesimismo.
La sociedad europea del siglo XV se caracterizo por el crecimiento de las ciudades y el desarrollo comercial, que favoreció el conocimiento de nuevas culturas y el enriquecimiento de una burguesía que imitaba las maneras y los gustos de la nobleza.
El siglo XV: una época de crisis
Durante el siglo XV se produjeron importantes acontecimientos políticos en Europa y en la península Ibérica. Europa se vio afectada por la guerra de los Cien Años (1337-1453) entre Francia e Inglaterra y por el Cisma de Occidente, que ocasionó una grave división en la Iglesia. Por otra parte, Constantinopla, capital del Imperio Bizantino, cayó en poder de los turcos (1453).
Los principales reinos españoles, Castilla y Aragón, vivieron crisis internas durante gran parte del siglo. La situación mejoró con el matrimonio entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos. Bajo su reinado tuvieron lugar el descubrimiento de América, en 1492, y el fin de la Reconquista con la toma del reino de Granada, en ese mismo año.
Durante el siglo XV se rompió la convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos, que había caracterizado a la Edad Media peninsular. A instancias de los Reyes Católicos, se instauró en España la Inquisición para defender la fe y se promulgó el decreto de expulsión de los judíos. El desarrollo del comercio y el crecimiento de las ciudades provocaron la consolidación de una incipiente burguesía. La cultura se convirtió en un signo de distinción entre nobles y burgueses adinerados, a la vez que cortes y universidades iban sustituyendo a los monasterios como principales centros de cultura.
La transformación literaria se evidencia en la desaparición de algunas corrientes medievales, como el Mester de Juglaria y el Mester de Clerecia, y en la aparición de nuevos modelos literarios como fueron: novelas idealistas, teatro humanístico, etc. En el conjunto destacaron Jorge Manríquez, el Romancero y la Celestina.
Características y Géneros:
La literatura prerrenacentista refleja la transición entre la Edad Media y el Renacimiento, pierde la anonimia, frecuente en la literatura medieval: los autores se sienten orgullosos de su obra y firman sus escritos.
La transformación literaria se evidencia en la desaparición de algunas corrientes medievales, como el Mester de Juglaria y el Mester de Clerecia, y en la aparición de nuevos modelos literarios como fueron: novelas idealistas, teatro humanístico, etc. En el conjunto destacaron Jorge Manríquez, el Romancero y la Celestina.
Características y Géneros:
La literatura prerrenacentista refleja la transición entre la Edad Media y el Renacimiento, pierde la anonimia, frecuente en la literatura medieval: los autores se sienten orgullosos de su obra y firman sus escritos.
• La literatura se aleja paulatinamente del didactismo religioso de la Edad Media.
• Surge la figura del escritor cortesano: el noble se dedica a las armas y a las letras.
Estos rasgos generales se concretan en los distintos géneros que se cultivan en el siglo XV:
• Se desarrolla una corriente de poesía culta representada por nobles cortesanos. Junto a ella, hay una corriente de poesía popular, de la que son muestra los romances.
• En cuanto al teatro, al final del siglo se publica La Celestina, de Fernando de Rojas, una de las obras más importantes de la literatura española.
• Se inicia en esta época el género de la novela de caballerías, que gozará de especial prestigio en el siglo XVI. Estas obras narran las fantásticas aventuras de un caballero que lucha contra poderosos enemigos. En el siglo XV se componen dos libros fundamentales: el Amadís de Gaula, de Garci Rodríguez de Montalvo, escrito en castellano, y el Tirant lo Blanc, del valenciano Joanot Martorell, escrito en su lengua vernácula.
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