Su origen es la
novela Horizontes perdidos del escritor ingles James Hilton, publicada en
1933. En ella se narra la historia de
unos aviadores que por accidente llegaron a una remota región del Tíbet y
encuentran una comunidad de mil habitantes, separados del mundo.
Los habitantes del
valle cuentan con un área reducida de cultivos que les aporta todo lo necesario
para su subsistencia. Por otra parte,
una rica veta de oro ofrece los recursos de adquirir en el exterior todo lo que
no se produce allí.
La regla que todos
respetan es impedir el acceso de los extranjeros, quienes amenazarían con
romper la armonía de su mundo. Además,
los habitantes de la ciudad no pueden alejarse demasiado de ella, porque
perderían el privilegio de la eterna juventud.
Para construir esta
ficción Hilton se baso en antiguas tradiciones sobre un paraíso oculto en la
Tierra, ubicado en diferentes puntos del oriente, como las montañas Kunlun de China y el camino de los tártaros
de Mongolia.
Su poder de
seducción es tan grande que hoy dia algunas personas están convencidas de que
Shangri-la existe y tratan de ubicarla en China.
En su tiempo el
propio Adolfo Hitler envió a un grupo de emisarios a oriente en busca de los
secretos de la magia y la longevidad.
Los creyente en la
existencia de este lugar lo ubican en la India, oculto entre los Himalaya,
mientras que el folclor chino asegura que esta en los montes Kunlun. Los rusos por su parte conocen a Shangri-la
con el nombre de Bielovodye o la
“Tierra de las Aguas Blancas”, donde vivían los sabios ermitaños.
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