(Abraham Stoker, Dublín, 1847 - Londres, 1912)
Novelista irlandés. Hijo de un funcionario público, hasta los siete años de
edad sufrió una grave parálisis que le impedía andar. Los problemas de salud de
su niñez no le impidieron distinguirse como atleta y futbolista en la
Universidad de Dublín, donde cursó con excelentes resultados la carrera de
Matemáticas y fue presidente de la Sociedad Filosófica.
Entre 1867 y 1877 fue
funcionario público en Dublín. En esta misma época, siguiendo la inclinación
que sentía hacia el teatro, posiblemente heredada de su padre, escribió crítica
dramática para The Evening Mail,
sin recibir por ello ninguna compensación económica.
En 1878 conoció a su ídolo,
el actor inglés Henry Irving. Nació entre ellos una gran amistad y Stoker se
convirtió en representante y secretario del actor. Ocupó en este empleo los
veintisiete años siguientes, en los que se encargó de la correspondencia de
Irving, le acompañó en sus múltiples giras y estuvo a su lado en el momento de
su muerte; junto a él dirigió el Lyceum Theatre de Londres. Sus recuerdos
darían lugar al libro Recuerdos
personales de Henry Irving (1906).
Bram Stoker escribió
numerosas novelas y relatos cortos, entre los que destacan El paso de la serpiente (1890), El misterio del mar (1902), La joya de las siete estrellas (1904)
y La dama de la mortaja (1909).
También se le debe el entretenido libro Impostores
famosos, en el que sostiene, entre otras, la teoría de que la reina
Isabel I de Inglaterra era un hombre disfrazado.
Pero su obra más célebre es
Drácula (1897),
novela en la que construye, a través de diarios y cartas, el retrato de uno de
los personajes más famosos del ideario decadentista de la época, el conde
vampiro de Transilvania. El relato se basa en diversas leyendas previas, aunque
Stoker consigue una unidad de efecto e inquietantes resonancias eróticas y
simbólicas, suprimiendo las fronteras sensibles entre vida y muerte a través de
un juego de seducción de gran poder y sugerencia.
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