sábado, 15 de enero de 2011

LA VIERGEN DE LA ALTAGRACIA

El milagro que cambio la fecha de una fiesta.

Todo el mundo sabe que la fiesta de la Virgen de la Altagracia se celebra el 21 de eero, pero no siempre fue así; originalmente se celebraba el 15 de agosto.  Hace cuatro siglos ocurrió un milagro por el cual hasta la fecha de la fiesta se cambio.

La Limonade:
Lo que paso fue lo siguiente:  En 1690 se libro una batalla en La Limonade.  Un grupo de voluntarios de Higuey y de el Seibo, antes de partir a la batalla se habían encomendado bajo la protección de Nuestra Señora de Altagracia, con la promesa de celebrar una misa de “acción de gracia”  si todos volvían sanos y salvos.  Efectivamente, stos protagonistas de la victoria salieron totalmente ilesos.  Todos y cada uno de ellos volvieron a Higey sin rasguño alguno.  ¡Era un milagro patente!.

En 1692 en el aniversario de la batalla, se celebro la misa de “acción de gracias” a la virgen en la parroquia de Nuestra Señora de Altagracia, de Higuey, como lo habían prometido.  La fecha: 21 de enero.

El fervor popular por la devoción de la Altagracia se fortaleció considerablemente y quizás exageradamente, al extremo que el 11 de abril de 1964 las autoridades municipales consideraron que era necesario quitar el nombre de Nuestra señora de Altagracia y declarar a San Dionisio como el patrono de la Iglesia parroquial de Higuey.  Y así, hasta  el día de hoy, el antiguo santuario de Higuey se llama San Dionisio.

Sin embargo, el pueblo dominicano no olvida tan fácilmente,  así que cada año, en el aniversario del 21 de enero, viene para dar gracias a nuestra Señora.  Con los siglos, la devoción creció.  Muestra de esa devoción son: en el 1897 la Santa Sede le concedió su propio Oficio Divino y misa.  En 1924 el gobierno declaro el 21 de enero como fiesta nacional y en 1927 la Iglesia lo proclamo una Fiesta de Precepto.

Contemplación:
La espiritualidad altagraciana tiene su punto de partida en el amor que desciende desde el cuadro hacia nosotros y asciende desde nososto hacia Dios.  Inmóviles, como la madre velando al niño, nos arrodillamos frente a la imagen de Dios en el pesebre, para  dejar atrás la oración de petición y alababan y sumergirnos en la adoración, la meditación y finalmente la contemplación de quien esta representado en el cuadro.

Conversión:
La Virgen de Altagracia esta invitándonos a un cambio radical: dejar el “yo” atrás y con la inspiración del Espíritu Santo, convertirnos en imitadores de ella, como si fuéramos copia de la Altagracia ( en miniatura ) con el Niño Jesús en el centro de nuestras vidas. 

“Ya no soy yo, sino Cristo que vive en mi” (Galatas 2:20)

Evangelización:
El elemento mas importante de la evangelización es la oración.  Hay que rar sin cesar, antes, durante y después de todo lo que hacemos; porque si nosotros no estamos en comunicación permanente con Dios ( hablándole y escuchándole ) es probable que n estemos haciendo su voluntad.

La evangelización no es solamente hablar, sino actuar, comprometernos y practicar en la sociedad, en los grupos de la iglesia, del barrio, de las juntas de vecinos, inclusive en la política, en las fuerzas armadas y en el sistema de justicia, asumiendo la responsabilidad de ayudar a los hermanos a vivir el mandamiento del amor que Jesús nos enseño.

No importa si tenemos un colmado, o una empresa en miles de empleados, es preciso que vivamos nuestra fe cada día, con caridad, justicia, y paz.  Y siempre imitando a Nuestra Señora de Altagracia con su humildad, su amor y su alegría.

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