lunes, 6 de julio de 2009

LA SED de Juana Ibarbourou

LA SED
Tu beso fue en mis labios
de un dulzor refrescante.
Sensación de agua viva y moras negras
me dio tu boca amante.

Cansada me acosté sobre los pastos
con tu brazo tendido, por apoyo.
Y me cayó tu beso entre los labios,
como un fruto maduro de la selva
o un lavado guijarro del arroyo.

Tengo sed otra vez,
amado mío.
Dame tu beso fresco tal como una
piedrezuela del río.

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